jueves, 10 de agosto de 2017

SUBE QUE TE LLEVO



    El paso de curso significa un proceso de adaptación importante por parte del alumno que, tras tres meses de vacaciones, debe reencontrarse con un punto de partida equivalente al de llegada del año anterior y avanzar hacia nuevos horizontes.

                Evidentemente, un período tan largo de inactividad supone que el lugar real en que se encuentra el alumno está varios pasos más atrás de ese supuesto punto de partida.  Las dos primeras semanas de curso deben servir para reciclar los conocimientos y las habilidades.  No es posible coger el libro y comenzar, sin más, el Tema 1.  Ni siquiera en 2º de Bachillerato, pese a los condicionamientos que, por tiempo, lastran el transcurso del año.

                Una vez que se ha producido el proceso de calentamiento, podremos comenzar a desarrollar los nuevos contenidos.  El problema es que, en la mayoría de los casos, existe una clara disociación entre lo que tratamos de enseñar y lo que el alumno es capaz de asimilar en cada contexto.  Por eso, hay que prestar atención y recurrir a contextos previos tantas veces como haga falta, así como partir casi de cero para progresar en las diferentes habilidades que el alumno, por desuso, ha dejado de realizar de forma competente.  La cuestión es cómo dar el salto de calidad si damos pasos adelante y atrás de forma continua.  El miedo a desarrollar los contenidos de forma lenta debe desaparecer.  En primer lugar, porque si no se resuelven problemas iniciales, será difícil avanzar después, cuando se produzcan problemas más complejos.  En segundo lugar, porque si se establecen buenas bases, el aprendizaje posterior se realiza mucho más deprisa.  Por este motivo, la tradicional temporalización que divide el curso en tres partes iguales, puede ser modificada sobre la marcha, si comprobamos que conviene detenerse y acelerar después.  Tampoco debe producir ningún temor la idea de desarrollar solo de forma esquemática alguna unidad con el fin de que sean ellos mismos quienes la desarrollen plenamente.  Eso sí, antes hemos debido proporcionarles las herramientas necesarias para que sepan cómo enfrentarse a esa tarea.

                Así pues, cuando se inicia el curso hay que mostrar al alumno el listón que debemos alcanzar, aunque de inicio lo vea inalcanzable.  Para ello, debemos tener en cuenta algunas consideraciones oportunas:
·        El listón no son una acumulación de saberes, sino de competencias necesarias y útiles para el posterior desarrollo del alumno, tanto en la materia que enseñamos como en su vida personal.
·        Solo alcanzaremos el listón si antes le damos una pértiga.  Él solo puede ser autodidacta y coger la suya propia, pero nosotros somos los encargados de enseñar.  Por eso, debemos proporcionarla.
·        El alumno debe practicar con los medios y materiales ofrecidos y los que puede alcanzar.  No podemos esperar que rebase listones solo porque ya le hemos ofrecido el material.
·        Deberemos, por tanto, enseñarle a utilizarlo.
·        Habrá que ofrecerle otros instrumentos, que los manipule también y elija el que mejor le conviene.
·        Considerar los logros en base a resultados absolutos nunca indicará un verdadero avance.  A veces hay que fracasar en alguna ocasión, antes de alcanzar la destreza necesaria.
·        La metodología debe ser diversa y motivadora.  Si todos los días hacemos y decimos lo mismo, no podremos avanzar más allá de un punto determinado.
·        Debemos tener claro que el objetivo es alcanzar el listón, pero que se puede ser flexible.
·        En cada sesión hay que marcar claramente también cuáles son los objetivos (o el objetivo) y centrarse en alcanzarlos.  La acumulación de contenidos actuará como freno del proceso, pero la acumulación de logros permitirá desarrollar los procesos de aprendizaje.

En todo caso, es importante evitar caer en dos tentaciones:
·        Bajar el listón tanto que se pueda superar sin alcanzar los verdaderos objetivos de logro.  Es frecuente que esto suceda cuando vemos que el alumno no alcanza los propósitos planteados.  Habrá que flexibilizar, valorar más sus virtudes y considerar que el salto ha podido ser bastante importante.  Carácter positivo y valoración de lo logrado, es decir evaluar sumando y no restando.
 -   Auparlos nosotros hasta el listón.  Nosotros debemos ser exigentes y plantear llegar hasta dónde hemos planteado, pero seamos guías y ofrezcamos todos los recursos que estén a nuestro alcance.  Si los subimos nosotros, hare

viernes, 14 de abril de 2017

El libro de los estorninos

Un canto de amor a la poesía, a la cultura, a la familia, al hecho de ser mujer...
y a la educación.