domingo, 6 de enero de 2013

Decálogo para 2013

  Ahora que se acerca la vuelta a las aulas en un año nuevo, vamos a intentar hacer propósito de enmienda en relación nuestros propios errores para mejorar todo lo que podamos:

1. No echar la culpa de nuestros problemas a otros: ya sean los propios alumnos, los padres, el sistema, ... 
2. Trabajar más en equipo, con el objetivo de sacar adelante proyectos colectivos.
3. Ofrecer más autonomía a los alumnos, con el objetivo de sacar adelante proyectos individuales para cada uno.
4. Tratar de mejorar el sistema desde dentro.  Hay que recordar que el Claustro lo formamos los docentes y también una mayoría de los Consejos Escolares.  Además, integramos Departamentos Didácticos y podemos colaborar con los otros.
5. Mejorar nuestra creatividad para ofrecer a los alumnos algo más que clases magistrales en las aulas.  Las clases pueden ser dinámicas, con actividades diversas, control de los tiempos para dedicarlos a diferentes tareas, guiar en el aprendizaje y no solo mostrar conocimientos y un largo etcétera.
6. Creérnoslo.  Somos los profesionales más influyentes en las posibilidades de creación de grandes ciudadanos, responsables y respetuosos, autónomos y capaces.  Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo va a hacer?
7. Que se lo crean.  Los alumnos van a clase sin saber con qué objetivo lo hacen.  Vamos a hacerles partícipes de su aprendizaje y que sepan en qué dirección caminamos, todos juntos.
8. Ir todos a una.  Somos funcionarios públicos y no hacemos ni una cuarta parte que otros colectivos en situaciones similares a la nuestra.  Y en la privada y concertada, a ver si suena el despertador y algún colectivo se despierta.  Somos profesionales de la enseñanza y debemos luchar por la calidad educativa de nustros alumnos.  Soy optimista: ¡podemos!
9. Creer que somos unos privilegiados.  Podemos mostrar decenas de argumentos para estar descontentos con las últimas decisiones que se toman desde los gobiernos pero, pese a todo, disponemos de la profesión más bella.  Entrar al aula debe ser suficiente motivo de satisfacción, comprobar los progresos del alumnado, ha de serlo de orgullo.
10. Cantar y contar nuestros logros, que no son pocos.  Dejar claro a la sociedad que la educación no está en el punto que muchos quieren hacer ver, que los informes tan publicitados en los medios pueden tener otras lecturas y que luchamos para que el futuro de los chicos pueda ser mejor.

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