miércoles, 24 de julio de 2013

¿Educar a un profesional o a un ciudadano?

  La Educación debe ser el elemento que guíe al individuo hacia una formación integral de su persona.  En búsqueda de ese objetivo, el estudiante debe afrontar diferentes materias a lo largo de los niveles Primario y Secundario, se especializa ligeramente en el Bachillerato y elige su camino en la Universidad.  Sin embargo, las ideas más comunes tienden a mostrar que la orientación en la búsqueda de nuestro camino debe estar definida en función de las salidas profesionales que ofrece cada uno de los estudios.  Si así fuera, casi nadie estudiaría ciertas carreras, principalmente las Humanidades.  Pero, la verdad es otra: cada cual estudia para mejorar su formación.  Por tanto, los docentes hemos de esforzarnos en conseguir moldear ciudadanos de futuro, que serán trabajadores durante cuarenta horas semanales, pero que también serán miembros de una sociedad y de una familia durante las otras 128 horas de que dispone cada semana.
 
  En relación con esta idea, el pasado 15 de julio el diario El País ofreció un extra sobre universidades.  En la página 6 aparece un debate en el que participaron Xavier Cañavete, director de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Politécnica de Cataluña, y Joaquín Prats, catedrático de Didáctica de la Universidad de Barcelona.
  Afirma Cañavate: "La Universidad no es un centro de formación ocupacional, no hacemos formación a medida para las empresas".
  Más abajo, el diario explica que "ambos expertos coinciden en que la Universidad no debe depender tanto de los cambios laborales y de la sociedad".  Y suscriben: "Su objetivo es facturar licenciados intelectualmente potentes para que sean capaces de adoptar diferentes roles a lo largo de su vida.  Esto requiere tener una base cultural y unos conocimientos transversales".

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