miércoles, 21 de marzo de 2012

Tres vías: 2. los apuntes.

 Al tratar la primera vía metodológica se hizo referencia al problema que genera la excesiva dependencia hacia los libros de texto.  La valoración de una segunda vía nos lleva a una disyuntiva entre algunos elementos bastante provechosos, como se verá, y otros más tendentes al estancamiento en el proceso de competencia individual de los muchachos.  Se trata del método de trabajo con apuntes: veamos sus particularidades, ventajas e inconvenientes.

LAS CARACTERÍSTICAS DEL MÉTODO.


  Esta metodología se caracteriza por la entrega al alumnado de un material elaborado por el profesor.  Se puede presentar de dos maneras: como apuntes dictados en clase o mediante la entrega de los apuntes, preparados previamente por el profesor.  No deja de ser un modelo tradicional aunque con características diferentes a las del uso del libro de texto, especialmente porque implica mucho más, tanto al profesor como a los alumnos.

VENTAJAS.

  Respecto al modelo de apuntes dictados:
- El alumno copia la información al menos una vez en su cuaderno, lo que nos asegura que algún poso se quede.
- Obliga al alumno a estar atento en clase y en silencio.
- Permite un mejor mantenimiento del orden.
- Hace del cuaderno propio el elemento primero e indispensable en el estudio.  Se trata pues de conseguir que el alumno elabore su propio material de estudio.

  Respecto al modelo de entrega de apuntes:
- La información ha quedado sintetizada mediante el trabajo previo del profesor.
- El alumno sabe qué es lo que se le exige que sepa.
- No hay lugar a dudas con respecto a los contenidos y permite un trabajo organizado desde el inicio del tema porque el alumno ya dispone de sus apuntes y puede estudiar libremente.

INCONVENIENTES.


  Respecto al modelo de apuntes dictados:
- El alumno pierde competencia propia porque el profesor le ofrece todo cuanto debe saber.
- Resta dinamismo a la clase.
- Obliga a un excesivo trabajo, muy mecanizado y poco estimulante.
- Se avanza con bastante lentitud.
- Genera poca posibilidad de introducir elementos externos al texto porque la clase se limita prácticamente al dictado de apuntes.


  Respecto al modelo de entrega de apuntes:
- El alumno pierde competencia propia porque el profesor le ofrece todo cuanto debe saber.
- Resta control y eficacia a la clase puesto que el alumno sabe cuáles son los contenidos por los que va a ser evaluado y deja de atender (ya se lo estudiará en casa).

ALTERNATIVAS.

  Lo más interesante es no utilizar el método de apuntes, ya sean dictados o entregados, como única metodología, sino introducir el libro de texto y otros materiales para que el alumno comprenda la importancia que esos otros aspectos también tienen en el desarrollo del tema.

  Para evitar la falta de orden que puede generar el método de entrega de apuntes y el tedio del dictado, se puede ofrecer una solución intermedia, en la que el profesor genera unos apuntes con espacios para rellenar en clase.  Estos huecos se pueden completar mediante las explicaciones del profesor o mediante un trabajo más autónomo, como puede ser la búsqueda de la respuesta en el libro de texto u otro material alternativo.

martes, 13 de marzo de 2012

Mara Torres y los profesores

Incluyo esta entrada de la periodista Mara Torres, presentadora de La 2 Noticias.  Lo escribió el 9 de septiembre, coincidiendo con el convulso inicio de curso en el blog de su programa, y habla con cariño sobre sus profesores

 

La "seño"

Porque en mi cole, al principio, no había profesores, había seños. Seños que te abrochaban bien el babi y escribían las vocales con tizas de colores en la pizarra. Seños con las que hacías el regalo de día del padre con macarrones crudos que pegabas en un dibujo de papel.  Seños que te enseñaban que de una judía, dentro de un yogur y tapada con algodones mojados, nacía una planta.
Después de las seños, llegaron las profesoras a las que llamabas por su nombre de pila. La mía de 5º de EGB era Ana. Tenía el pelo corto y nos hablaba como adultos. En las clases de tutoría debatíamos sobre los anuncios de publicidad, sobre lo que pensábamos sobre el reparto de tareas en casa y la temática de algunos programas que veíamos en la tele. Del cine que no era de dibujos y de los libros. A veces llevábamos un periódico, recortábamos los titulares y con el corta-pega nos inventábamos noticias nuevas.
Cuando pasé al instituto, por primera vez compartí pupitres con compañeros  y por primera vez  tuve, además de profesoras, profesores. Aprendí que la disciplina te la ponías tú; que el mundo se dividía en ciencias y letras; y que además de deberes, también teníamos derechos.
Desde los 4 años, en cada una de las etapas de mi vida ha habido profesores que además de lengua, matemáticas, ciencias, filosofía, física y química, arte, historia,  literatura y latín también me enseñaron a vivir.
Quizá un día me encuentre con alguno de ellos por la calle y pueda darle las gracias.

domingo, 11 de marzo de 2012

La lengua de las mariposas

José Luis Cuerda refleja el sentir del buen educador en una España necesitada de valores formativos en su magnífica La lengua de las mariposas.  Y Fernando Fernán Gómez lo interpreta a la perfección.


viernes, 9 de marzo de 2012

El profesor como referencia: 1. Actuar en positivo

Si lo intentamos nos daremos cuenta: sí, somos referencia para los alumnos:

  El profesor de enseñanza secundaria no debe ser un mero transmisor de conocimientos.  En los tiempos que corren (y también en otros anteriores, aunque quizás las particularidades del mundo actual lo muestran con mayor urgencia) el profesor necesita hacerse un hueco en un lugar más amplio.  Los estudiantes están bastante necesitados de referencias porque las que creen haber encontrado no son verdaderamente útiles en su vida.  Les resulta difícil encontrar caminos y piensan que todo lo que ven a su alrededor y que su percepción al respecto son las únicas realidades existentes.  Sin embargo, parte de la magia de nuestra profesión consiste en mostrar esas vías que no conocen, no tanto porque no las hayan transitado como porque desconocen su existencia.  Nosotros tenemos más conocimientos pero también más experiencias y una amplitud de perspectivas que podemos ofrecer.  Sin duda, ellos lo agradecerán.

Actuar en positivo

  ¿Alguna vez nos paramos a pensar en los mensajes que emitimos?  ¿Cuántos de ellos son valorados positivamente por los alumnos? ¿Cuántas veces utilizamos fórmulas del tipo: "cállate", "siéntate", "quieto", "no molestes", "no tires cosas", "respeta a tus compañeros", "haz lo que te digo", "si sigues así...", "negativo", "un cero", etc.?
  En realidad este problema no es solo propio del profesorado sino una generalidad en nuestra sociedad: se piensa antes en negativo que en positivo, en la crítica que en la construcción.  Es obvio que a los chicos hay que mostrarles que ciertas conductas son incorrectas y ser sincero con ellos: cuando las cosas van mal deben saberlo, pero no para abroncarlos sin más sino para esperar una modificación en la conducta.  Ahora bien, el exceso de refuerzos negativos acaban por perder valor, el receptor se acostumbra a escuchar este tipo de fórmulas y su cabeza deja de procesarlas.
  La actuación en positivo tiende a ser sorprendente, motivo suficiente para conseguir una captación de la atención.  Por otra parte generan un bienestar en el receptor que le hará mostrarse más sereno y también más predispuesto para el trabajo.  Si el mensaje está bien dirigido seguramente genere una sonrisa.  Este hecho en sí mismo produce un grado de satisfacción que permite al alumno continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje con mucha más facilidad, pero además refuerza su autoestima.  Y también la nuestra porque estamos necesitados de estímulos y mensajes positivos.  Para mí una sonrisa de un alumno o su bienestar sereno en una clase es un enorme estímulo positivo que permite seguir creciendo en el proceso y creyendo en lo que hacemos.
  El mensaje positivo puede surgir en cualquier momento.  A veces conviene reflexionar en medio de un momento de crisis en la clase y tratar de modificar, aunque solo sea de forma fugaz para que el alumno valore correctamente lo que queremos decir.  Así pues, ante la crítica, la "táctica del sándwich" es siempre útil, es decir entre dos mensajes negativos se establece uno positivo.  Así, podemos primero reprimir, después hacer ver que ciertos valores suyos merecen la pena y cerrar mostrando de nuevo su actitud negativa para tratar de reconducirla.
  Hay otros momentos: en mitad de una clase, al principio, al final, durante un examen, etc.  Podemos usar la pizarra para mostrar un mensaje de ánimo durante un examen, escribir una cita en la parte superior de la pizarra o un pequeño mensaje en un borde (al estilo de Forges).  Podemos entrar con alegría y saludar de forma afectiva o despedirnos con un "hasta mañana, sed felices".
  La capacidad de alcance de los mensajes es mayor por el canal y la emotividad utilizados que por el mensaje en sí mismo.  

miércoles, 7 de marzo de 2012

Ciudadanos de presente, no de futuro

El 23 de octubre de 2005, Ángel Hernández Martín, Licenciado en psicología, escribía así en el Diario El País:

"La familia es un ámbito privado donde los padres y las madres tenemos la responsabilidad, el derecho y el deber de educar a nuestros hijos.  Debemos desterrar definitivamente la idea de que los hijos son propiedad de sus padres.  La sociedad en su conjunto debe responsabilizarse de asegurar las condiciones adecuadas para el desarrollo integral de los más pequeños aquí y ahora, pues éstos no son ciudadanos de futuro, sino de presente. Viven, piensan, sienten, son y están hoy, no son una inversión de futuro.
  La utilización del castigo físico está relacionado con la falta de recursos educativos de los padres / tutores, con la banalización e interiorización de la violencia, con la frustración de los adultos ante situaciones para las que no se han preparado suficientemente.  Los padres no podemos ni debemos delegar nuestra responsabilidad, elegida en la mayoría de los casos, de educar a unos hijos que hemos decidido traer al mundo, y no podemos abusar de nuestra posición de poder.  Si nos preparamos para ejercer nuestras responsabilidades profesionales, ¿Por qué damos tan poca importancia a una función vital como es el ejercicio de una paternidad responsable?".

  El texto circula en torno a la idea de la erradicación de la violencia en cualquier función educativa, desde la escuela hasta la propia casa.  Pero, más allá de esa apreciación, habría que detenerse en la cuestión que cierra el texto.  Creo que una educación responsable se lleva adelante mediante un método suave: a más serenidad y prudencia, mayor calma se transmite y se proyecta hacia los muchachos.  El problema es que muchos creen que la educación sirve para alzar al educando hacia una salida profesional, cuando dicho elemento es solo uno de los muchos objetivos que nos planteamos los educadores.  Antes que generar profesionales, estamos para ofrecer ciudadanos adaptados al mundo en el que viven y suficientemente respetuosos con su entorno, con sus congéneres y consigo mismos.
  Solo así, tendremos profesionales, no solo aptos, sino también responsables; conductores que no solo conducen sino que también circulan; seres humanos que no solo se mueven en busca de su interés y de su placer sino preocupados por la convivencia; y padres que no solo traen hijos al mundo sino que edifican unos criterios de vida a sus vástagos.