lunes, 11 de noviembre de 2013

El profesor como referencia: 3. mostrar cercanía

Si lo intentamos nos daremos cuenta: sí, somos referencia para los alumnos:

  El profesor de enseñanza secundaria no debe ser un mero transmisor de conocimientos.  En los tiempos que corren (y también en otros anteriores, aunque quizás las particularidades del mundo actual lo muestran con mayor urgencia) el profesor necesita hacerse un hueco en un lugar más amplio.  Los estudiantes están bastante necesitados de referencias porque las que creen haber encontrado no son verdaderamente útiles en su vida.  Les resulta difícil encontrar caminos y piensan que todo lo que ven a su alrededor y que su percepción al respecto son las únicas realidades existentes.  Sin embargo, parte de la magia de nuestra profesión consiste en mostrar esas vías que no conocen, no tanto porque no las hayan transitado como porque desconocen su existencia.  Nosotros tenemos más conocimientos pero también más experiencias y una amplitud de perspectivas que podemos ofrecer.  Sin duda, ellos lo agradecerán.

Mostrar cercanía hacia el alumno


                Conviene aclarar algunas diferencias básicas antes de llegar a una confusión: cercanía no es amistad ni colegueo, tampoco es paternidad ni ningún otro tipo de relación directamente vinculada con el alumno.  El profesor lo es circunstancialmente porque el grupo y el profesor se encuentran en contacto en un mismo momento y lugar a partir de múltiples circunstancias, las mismas que los separarán en un futuro breve.
                Pero la profesión exige que la relación con el alumno sea vinculante, y no por circunstancia, sino por profesionalidad y por humanidad.  Entiendo perfectamente a los profesores que deciden marcar distancia.  Es una manera de tratar de ganarse el respeto, de aclarar fácilmente el rol de cada uno y de evitar ciertos disgustos que de otra manera podrían aparecer con más propensión.  Sin embargo, no comparto esta forma de trabajar, especialmente porque ninguno de esos motivos esgrimidos tiene por qué quedar excluido mediante una actitud más cercana.  Cierto es que hay que esforzarse mucho más en conseguirlo: un profesor cercano puede ser perfectamente interpretado como un igual por los alumnos, o como “un profe que mola”.  Y no se trata de eso.  Incluso hay compañeros que sienten celos y creen que la actitud del profesor cercano se debe a que actúa esperando que le quieran y, por tanto, no los suspende ni los castiga ni los increpa.  Absolutamente falso también.
                No hay que temer el contacto con el alumno, ni siquiera el contacto físico.  Generalmente, las malas conductas vienen asociadas a la falta de cariño o a la falta de referentes claros.  En cambio, la persona que muestra afecto y que se hace merecedor de un respeto gracias a su capacidad de liderazgo consigue que sus pupilos le vean como un ser humano y, por tanto, como alguien que puede entender su situación personal.
                Los vínculos emotivos con el alumno tienen un cierto componente de retroalimentación porque ellos desean comprensión y afecto por encima de cualquier otra cosa.  Es evidente que les gusta aprender cosas (aunque algunos piensen lo contrario), también lo que es que quieren aprobar; pero, por encima de todo, desean encontrar rastros de humanidad.  Un alumno puede suspender y puede tener dificultades para alcanzar conocimientos pero jamás olvidará las actitudes de quien tendió su mano, que a su vez las transmitirá a generaciones venideras.  El profesional que actúa de esta manera obtiene recompensas prácticamente a diario porque si algo es característico de los adolescentes y de los niños es su capacidad para aflorar sentimientos.  A veces es difícil descubrir lo que hay dentro de cada uno pero la mayor parte de las veces se abren sin dificultad ante quien muestra que no está ahí solo para enseñarle su materia.  Así, afloran los rasgos afectuosos y las buenas palabras hacia nosotros, las sonrisas en sus caras y la inquietud por aprender y por ofrecer lo mejor de cada uno.


martes, 5 de noviembre de 2013

Cita en una carta al Director de El País

"Un pueblo no es rico por el dinero que circula entre las personas, sino por la brillanteza de sus mentes reflexivas".

Javier Reyes. "Por una educación pública". Madrid. 24 de octubre de 2013.

lunes, 4 de noviembre de 2013

TÚ DECIDES

Mandar tareas para casa o enseñar a hacerlas en el aula.
Memorizar conocimientos o comprender lo que se quiere enseñar.
Mandar lecturas o leerles a ellos.
Calificar con una cifra o evaluar un proceso.
Reforzar negativamente al que lo hace mal o positivamente al que lo hace bien.
Valorar el éxito o estimular el intento.
Cuanto más, mejor, o cuanto mejor, más.
Marcar distancia para mostrar jerarquía o estar cerca para ayudar a quien lo necesita.
Corregir continuamente actitudes o empatizar ante cada situación.
Entrar al aula con el parte en la mano o dar los buenos días.
Emitir mensajes negativos o enfatizar los ejemplos.
Pensar en el examen o disfrutar de la materia.
Seguir el libro o mostrarse como un libro abierto.
Acumular datos o configurar una estructura mental.
Examinar lo que se lee o leer con ellos.
Valorar al que saca una buena nota o mostrarles los procedimientos para alcanzarlas.
Evaluar mediante la nota de un examen o mediante un proceso diario.
Alzar la voz para imponerse o generar un talante para no tener que alzar la voz.


En definitiva, generar conductas o construir personas.

domingo, 20 de octubre de 2013

EDUCAR EN VALORES, CREAR CIUDADANOS

                Los jóvenes actuales viven en una encrucijada que les impide ver con claridad su lugar en el mundo y tomar decisiones con responsabilidad y criterio, especialmente porque sus referencias no están en absoluto definidas.  Sus actuaciones están permanentemente expuestas a las críticas de las personas que les aventajan en edad y que tienden a identificarlas como faltas en valores, si bien está percepción está generalizada también hacia la sociedad en general.

                Sin embargo, un estudio de los valores que los mismos jóvenes perciben que los demás consideran sobre ellos permite establecer una curiosa conclusión: cada sujeto espera que los demás cumplan con una serie de valores que les permita mantener su vida sin ser molestado.  Es llamativo que este carácter otorgado a los valores sea bastante apreciable en las aulas.  Es decir, las personas que ocupan un cierto rango de jerarquía (caso de los educadores) tratan de fomentar unos valores enfocados al mantenimiento del orden en el aula y con un carácter, en todo caso conservador.  Es frecuente observar que los problemas detectados en las aulas tienen que ver casi siempre con estas situaciones, cuyos intentos de solución implican, en muchos casos, el deterioro de elementos pedagógicos a favor del bien didáctico general. No podemos olvidar que los subordinados (en este caso, nuestros alumnos) pueden alcanzar altas cotas en el desarrollo de los objetivos planteados si se fomenta en ellos valores positivos en lugar de aquellos que únicamente sirvan para mantener el orden pero no fomenten ningún tipo de desarrollo intelectual.

                Todos los valores son importantes y un individuo que los respete será un gran ciudadano, qué duda cabe.  Este propósito es indiscutible, el dilema pasa por valorar qué sacrificar: ceder los valores positivos para mantener el orden o arriesgarse a cierta pérdida de control para alcanzar los valores positivos. 

Podemos establecer una clasificación de los valores para clarificar un poco esta argumentación:

1. VALORES OFRECIDOS POR EL GRUPO HACIA EL PROPIO GRUPO:
                Son los más tradicionales y conservadores, aquellos que todos los miembros ofrecen para consolidar la atmósfera interior.  Generalmente son los más valorados por profesores, entrenadores, jefes, padres, etc.  Pero son contemplados como un límite por parte de alumnos, trabajadores e hijos.  Entre ellos, cabría destacar los siguientes:
    - Disciplina.
    - Sacrificio.
    - Esfuerzo.
    - Unidad.
    - Empeño.

2. VALORES OFRECIDOS POR EL GRUPO HACIA CADA INDIVIDUO:
                Parten de un punto de vista similar al anterior.  Pero el beneficiario no es el grupo como tal, ni el profesor específicamente, sino cada individuo.  Sería el caso de:
   -Respeto.
·               - Libertad.
·              - Diálogo.
·              - Tolerancia.
·              - Confianza.

3. VALORES OFRECIDOS POR CADA INDIVIDUO HACIA EL PROPIO GRUPO:
                En este caso, nos encontramos con una serie de actitudes que permiten actuar en grupo gracias al esfuerzo de cada uno personalmente.  Permiten alcanzar logros colectivos y no son medios, como los anteriores, sino auténticas virtudes para fomentar el trabajo en equipo.  Podríamos considerar dentro de este grupo los siguientes:
·              - Empatía.
·              - Asertividad.
·              - Generosidad.
·              - Responsabilidad.
·              - Cooperación.

4. VALORES OFRECIDOS POR CADA INDIVIDUO HACIA SÍ MISMO:
                ¿Nos da miedo el individualismo o queremos fomentarlo para alcanzar la máxima creatividad?  La cesión de una parte de la soberanía personal siempre parece un aspecto capaz de conducir a la pérdida del control sobre el grupo.  Lejos de esta percepción, el impulso de los valores más creativos, positivos o liberales hace de aquel que los concede un líder mucho más respetado.  Su soberanía no corre peligro siempre que muestre claramente los límites que delimitan la función de cada uno dentro del grupo.  Sería el caso de los siguientes valores:
·              - Talento.
·              - Personalidad.
·              - Autonomía.
·              - Valentía.
·              - Liderazgo.
·              - Imaginación.
·              - Virtuosismo.

Ahora, cada cual debe decidir.



miércoles, 24 de julio de 2013

¿Educar a un profesional o a un ciudadano?

  La Educación debe ser el elemento que guíe al individuo hacia una formación integral de su persona.  En búsqueda de ese objetivo, el estudiante debe afrontar diferentes materias a lo largo de los niveles Primario y Secundario, se especializa ligeramente en el Bachillerato y elige su camino en la Universidad.  Sin embargo, las ideas más comunes tienden a mostrar que la orientación en la búsqueda de nuestro camino debe estar definida en función de las salidas profesionales que ofrece cada uno de los estudios.  Si así fuera, casi nadie estudiaría ciertas carreras, principalmente las Humanidades.  Pero, la verdad es otra: cada cual estudia para mejorar su formación.  Por tanto, los docentes hemos de esforzarnos en conseguir moldear ciudadanos de futuro, que serán trabajadores durante cuarenta horas semanales, pero que también serán miembros de una sociedad y de una familia durante las otras 128 horas de que dispone cada semana.
 
  En relación con esta idea, el pasado 15 de julio el diario El País ofreció un extra sobre universidades.  En la página 6 aparece un debate en el que participaron Xavier Cañavete, director de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Politécnica de Cataluña, y Joaquín Prats, catedrático de Didáctica de la Universidad de Barcelona.
  Afirma Cañavate: "La Universidad no es un centro de formación ocupacional, no hacemos formación a medida para las empresas".
  Más abajo, el diario explica que "ambos expertos coinciden en que la Universidad no debe depender tanto de los cambios laborales y de la sociedad".  Y suscriben: "Su objetivo es facturar licenciados intelectualmente potentes para que sean capaces de adoptar diferentes roles a lo largo de su vida.  Esto requiere tener una base cultural y unos conocimientos transversales".

sábado, 6 de julio de 2013

El club de los poetas muertos

La educación desde otra perspectiva, la que nos ofreció la película El club de los poetas muertos.
Fragmento 1: Carpe Diem


Fragmento 2: entender la poesía:


domingo, 6 de enero de 2013

Decálogo para 2013

  Ahora que se acerca la vuelta a las aulas en un año nuevo, vamos a intentar hacer propósito de enmienda en relación nuestros propios errores para mejorar todo lo que podamos:

1. No echar la culpa de nuestros problemas a otros: ya sean los propios alumnos, los padres, el sistema, ... 
2. Trabajar más en equipo, con el objetivo de sacar adelante proyectos colectivos.
3. Ofrecer más autonomía a los alumnos, con el objetivo de sacar adelante proyectos individuales para cada uno.
4. Tratar de mejorar el sistema desde dentro.  Hay que recordar que el Claustro lo formamos los docentes y también una mayoría de los Consejos Escolares.  Además, integramos Departamentos Didácticos y podemos colaborar con los otros.
5. Mejorar nuestra creatividad para ofrecer a los alumnos algo más que clases magistrales en las aulas.  Las clases pueden ser dinámicas, con actividades diversas, control de los tiempos para dedicarlos a diferentes tareas, guiar en el aprendizaje y no solo mostrar conocimientos y un largo etcétera.
6. Creérnoslo.  Somos los profesionales más influyentes en las posibilidades de creación de grandes ciudadanos, responsables y respetuosos, autónomos y capaces.  Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo va a hacer?
7. Que se lo crean.  Los alumnos van a clase sin saber con qué objetivo lo hacen.  Vamos a hacerles partícipes de su aprendizaje y que sepan en qué dirección caminamos, todos juntos.
8. Ir todos a una.  Somos funcionarios públicos y no hacemos ni una cuarta parte que otros colectivos en situaciones similares a la nuestra.  Y en la privada y concertada, a ver si suena el despertador y algún colectivo se despierta.  Somos profesionales de la enseñanza y debemos luchar por la calidad educativa de nustros alumnos.  Soy optimista: ¡podemos!
9. Creer que somos unos privilegiados.  Podemos mostrar decenas de argumentos para estar descontentos con las últimas decisiones que se toman desde los gobiernos pero, pese a todo, disponemos de la profesión más bella.  Entrar al aula debe ser suficiente motivo de satisfacción, comprobar los progresos del alumnado, ha de serlo de orgullo.
10. Cantar y contar nuestros logros, que no son pocos.  Dejar claro a la sociedad que la educación no está en el punto que muchos quieren hacer ver, que los informes tan publicitados en los medios pueden tener otras lecturas y que luchamos para que el futuro de los chicos pueda ser mejor.