lunes, 10 de diciembre de 2012

LO PRINCIPAL Y LO SECUNDARIO



            Llamativa portada la del diario La Razón en su edición de ayer, domingo 9 de diciembre de 2012, cuyo gran titular anunciaba un “suspenso” para referirse al actual sistema educativo.  En esta misma portada se muestran los resultados de una encuesta realizada a alumnos recién finalizado el Bachillerato (no sé qué quieren decir porque el curso terminó hace seis meses) que refleja su clara ignorancia en relación con cuestiones supuestamente fundamentales sobre la geografía y la historia de España.

            En relación con la geografía, hace saber que un 55% de los citados alumnos desconocen que el Ebro nace en Cantabria y que un  65% no sabe que el Mulhacén, en Sierra Nevada, es el pico más alto de la Península Ibérica.  Respecto a la historia, muestra que un 50´7% desconoce que las últimas colonias se perdieron en 1898.  En páginas interiores ofrece la encuesta completa.  Me llama la atención una de las preguntas acerca de los ponentes que tuvo la Constitución de 1978, para destacar que solo un 5% conocía la respuesta correcta (siete).

            A decir verdad, no encuentro una conclusión clara; parece que estos resultados intentan demostrar que la Generación LOGSE es mucho menos cultivada que las anteriores y que la educación en este país no camina por donde debería.  Pero lo que menos claro me queda es si, en realidad, ese desconocimiento puede ofrecernos las conclusiones a las que el diario pretende hacernos llegar.  Para ello, es necesario determinar qué contenidos son realmente importantes para el conocimiento permanente de los alumnos y qué otros son una simple acumulación de datos.  Podemos desgranar cada una de las cuestiones planteadas:

            En relación con el río Ebro o con el Mulhacén puedo asegurar, como profesor de Geografía e Historia, que ahora se habla de ellos más que antes.  Pero, mientras antes era fundamental adquirir este conocimiento de nuestra España, continente único y centro del universo, ahora los muchachos han de aprender otras muchas cosas, la mayor parte de las veces más interesantes para su día a día, tanto actual como futuro.  Hay que recordar dos características fundamentales que los contenidos han de poseer para ser verdaderamente relevantes: uno de ellos, es su significación.  Aprendizaje significativo significa construir aprendizajes a partir de otros preexistentes.  Las cuestiones del Ebro y del Mulhacén no pueden ser significativas puesto que no se sustentan en ningún otro conocimiento previo aunque, no por ello, sean aprendizajes baladíes.  El alumno solo entiende este aprendizaje como significativo si se circunscribe a su realidad, motivo por el cual, solo serán trascendentales para los alumnos cántabros (o en todo caso, del Corredor del Ebro) y para los granadinos.

            La otra característica fundamental es que han de ser constructivos.  Por tanto, el aprendizaje, no solo se basa en otros conocimientos previos (significativos) sino también en el hecho de sustentar otros superiores (constructivismo).  De nuevo, las cuestiones tratadas no alcanzan el carácter de prioritario.

            El maestro de otrora se enorgullecía cuando escogía a su mejor alumno para mostrarle al inspector lo bien que sabía, y sin inmutarse en absoluto, el lugar de nacimiento del río Ebro, los lugares por los que pasa, todos sus afluentes y el lugar de su desembocadura.  Hoy, algunos lo hacemos cuando comprobamos cómo los chicos han aprendido la importancia de las aguas dulces en general, y en nuestro país en particular.  Del Ebro nos interesa el valor de su caudal, la riqueza agraria e industrial que genera a su paso, los climas asociados a él en relación con su singular recorrido.  Y todo ello, vinculado a la relación humana.  Del Mulhacén y su emplazamiento nos interesa la importancia de la creación y mantenimiento de un Parque Nacional y su observación para comparar el paisaje de su entorno con el de otros picos o para analizar la vegetación escalonada en pisos.  Es decir, tiene más valor educativo el amplio carácter procedimental que se puede extraer a partir de un concepto que el conocimiento memorístico de otros conceptos vinculados a él.  Y por supuesto, si interrelacionamos ambos elementos para crear una realidad, estamos generando sensaciones que le llegan al educando.  Recientemente hablé a los alumnos de forma emocionada acerca del resurgimiento de los ojos del Guadiana por las Tablas de Daimiel veintiocho años después, y los chicos lo celebraron: caudal de un río y Parque Nacional, dos en uno, y los chicos felices por sentir que de forma sincrónica a su estudio pueda estar sucediendo algo así.

Es obvio que un alumno debe saber que el Mulhacén es el pico más alto de la Península Ibérica.  Pero habrá que plantearse el objetivo de su trascendencia.  En este caso, por base cultural (no tanto por aquello de la cultura general) y por necesidad formativa, que no sumativa de los conocimientos.  Y, por supuesto, es secundario saber que se halla en Sierra Nevada o que el Ebro nace en Fontibre.

            Respecto a la Historia, su verdadera importancia pasa por aspectos como el mejor conocimiento de nuestro entorno, de los comportamientos humanos en general y del punto de vista del otro; la formación continua a partir de la lectura e interpretación reflexiva de los documentos; el carácter causal de los acontecimientos; o el carácter formativo básico para conseguir avanzar como seres humanos en sociedad.  Así, la pérdida de las colonias habrá que enmarcarlas dentro de una coyuntura concreta, en la que, y como consecuencia, la literatura, la filosofía, la sociología o la misma geografía están interrelacionando con el acontecimiento en sí.  Si aquello sucedió en 1898, un año antes o uno después es absolutamente prescindible.  El conocimiento de la coyuntura histórica del momento en que se enmarca no lo es.  Los personajes, las fechas, las batallas, los hechos puntuales, forman parte del acontecimiento histórico, que pierde por completo su valor si no lo incluimos dentro de una coyuntura y ésta dentro de un proceso, y así hasta la sucesión de éstos que dan lugar a la conformación y desarrollo de las civilizaciones.  Por supuesto la otra cuestión, no merece comentario.

            Desconocer todo esto es seguir enseñando como en la posguerra, esperar que los chicos aprendan de memoria es acumular conocimientos pero no saberes.  Adaptar los conocimientos necesarios de forma significativa a la vida de cada uno, ofrecerlos de manera reflexiva y utilizar una metodología dinámica es aprendizaje.     


domingo, 4 de noviembre de 2012

El profesor como referencia: 2. actuar con justicia


Si lo intentamos nos daremos cuenta: sí, somos referencia para los alumnos:

  El profesor de enseñanza secundaria no debe ser un mero transmisor de conocimientos.  En los tiempos que corren (y también en otros anteriores, aunque quizás las particularidades del mundo actual lo muestran con mayor urgencia) el profesor necesita hacerse un hueco en un lugar más amplio.  Los estudiantes están bastante necesitados de referencias porque las que creen haber encontrado no son verdaderamente útiles en su vida.  Les resulta difícil encontrar caminos y piensan que todo lo que ven a su alrededor y que su percepción al respecto son las únicas realidades existentes.  Sin embargo, parte de la magia de nuestra profesión consiste en mostrar esas vías que no conocen, no tanto porque no las hayan transitado como porque desconocen su existencia.  Nosotros tenemos más conocimientos pero también más experiencias y una amplitud de perspectivas que podemos ofrecer.  Sin duda, ellos lo agradecerán.

Actuar con justicia


            Con frecuencia nos quejamos de lo injustas que son muchas situaciones en nuestra vida cotidiana, valoramos negativamente a los responsables porque no han actuado conforme a nuestros criterios morales.  Sin embargo, merece la pena destacar la dificultad que tiene el hecho en sí de asumir responsabilidades y de liderar grupos.  Algunas consideraciones merecen ser tenidas en cuenta: 

La primera es de corte reflexivo: si aquello no está bien, debemos responder claramente a la cuestión de cómo debería haberse hecho entonces.  A veces parece fácil encontrar una respuesta, pero hay que tener en cuenta que cualquier decisión puede perjudicar a alguien que, a su vez, mostrará su descontento y considerará que aquella decisión ha sido injusta.  Así pues, será conveniente reflexionar muy bien respecto a todas aquellas decisiones que vayamos a tomar y que afecten al desarrollo general del curso.  De este modo, evitaremos disgustos porque, si alguien no está conforme, solo habrá que recordarle cómo son las cosas y, si sigue disconforme, el problema lo tendrá él.  En cuanto a las decisiones puntuales, habrá que evitar, en la medida de lo posible, tomarlas en caliente para actuar con el rigor que la situación merece, siempre conforme al criterio que uno mismo ha establecido desde el principio.

En segundo lugar, conviene dejar claro cómo se va a proceder.  Puede ser conveniente, hacer una especie de decálogo (consensuado o no) para que todos sepan a qué atenerse.  También será conveniente explicar cómo se va a evaluar y calificar.  El rigor, en este sentido, debe ser máximo.  No puede ser que un profesor acuda a una sesión de evaluación sin tener clara la nota que le va a poner a un alumno, como tampoco cambiarla de forma improvisada o esperar a ver qué dicen los demás.  No es ético, tampoco es justo.  El alumno ha hecho unos méritos a lo largo de tres meses y nosotros hemos de ser suficientemente coherentes como para poder evaluar cada una de sus actuaciones.  En este caso, lo mejor es valorar con exactitud cada elemento evaluable con porcentajes en el global de la nota.  De este modo, los exámenes, el cuaderno, los trabajos, las tareas diarias, la actitud y comportamiento, la asistencia a clase o la participación tienen su valor y todo lo que se hace en clase tiene su correspondencia real con lo que aparece en su boletín.  Normalmente, los chicos no hacen demasiado caso a lo que se les explica en relación con los criterios de calificación.  Empiezan a preocuparse cuando se acerca el final de la evaluación y se quedan enormemente sorprendidos cuando ven que tú, efectivamente, has cumplido punto por punto con todo lo que dijiste.  Desde ese momento, ya saben a qué atenerse.  La experiencia me demuestra que un sistema justo hace a la gente más trabajadora.

En todo caso, hay que favorecer al alumno siempre que se pueda.  En caso de duda, hay que ser generoso.  El alumno lo agradecerá y trabajará más en la siguiente evaluación para demostrar que la concesión que le hiciste no fue en vano, sino que podía ser capaz de esforzarse y superarse.  Me llama la atención que, cuando ellos ven que tú has hecho todo lo que ha estado en tu mano, te digan cosas como “el próximo examen te lo apruebo”.  ¡Como si yo fuera a quien le tuvieran que aprobar!  Aprobarás el próximo examen, para ti, a mí no me tienes que aprobar nada.  Realmente, ellos son mucho más equitativos que nosotros; por eso, nos quieren corresponder.

Por último, hay que tener en cuenta la diversidad del alumnado.  No todos somos iguales, por el contrario cada uno tenemos nuestros condicionamientos.  Si alguien actúa siempre con corrección, no podemos tomar una medida punitiva el día que nos falla.  Seguramente haya algún argumento de peso detrás.  Si hablamos y tratamos de averiguar qué pasaba, encontraremos el motivo y, por tanto, el castigo será innecesario (no olvidemos que el castigo es un refuerzo negativo, y ante tal caso no existe ningún tipo de refuerzo con un castigo y sí, en cambio con el diálogo).  Cuando el alumno tiende a incumplir las normas o su actitud es más irregular, habrá que tomar medidas de forma progresiva (un parte a la primera no resuelve nada, al contrario, agrava el problema).  Primero habrá que amonestar verbalmente, después por escrito en su agenda, etc.  En todo caso, hay alumnos a los que un parte nunca les dice nada porque ya llevan varios acumulados en distintas asignaturas.  Para otros, en cambio, ante una actitud menos grave pero persistente, un parte puede ser un acicate que resuelva definitivamente el problema.

Ante estas actuaciones por nuestra parte, ganaremos mucho en su concepto de nosotros y mejorará ampliamente su actitud.  El día que las cosas salgan mal y haya que actuar es posible que te digan: “hay que ver profe, qué justo eres”.


domingo, 23 de septiembre de 2012

"Un buen plan" para algunos


                Escribe en la edición de hoy de ABC Manuel Martín Ferrand, a propósito de la reforma educativa, en un artículo que titula “Un buen plan”.  Empieza así:

                “Quienes aseguran que para mejorar la educación se precisan más profesores y recursos se equivocan o tratan de confundirnos.  Todos cuantos estudiamos el bachillerato en los años cuarenta y cincuenta […] adquirimos más conocimientos que quienes, superada la Transición, se enfrentaron a un proceso degenerativo de la enseñanza cuyos frutos están a la vista”.

                Debe ser por eso que España fue cabeza mundial en aspectos como la ciencia y la investigación o que, aparte de sol y playas, había tanto que exportar.  Debe ser que el rezo obligatorio para todos los alumnos en todos los centros o el castigo corporal son métodos ejemplares y no el respeto a la integridad del alumno o la educación laica (que, dicho sea de paso, está muy lejos de nuestras aulas aún hoy día).  Debe ser que el método memorístico es más útil que el aprendizaje significativo: sí, ustedes sabían las capitales de Mongolia y de Liberia, que seguramente les habrán sido muy útiles en la vida, frente a nuestros alumnos que pueden ejercer su capacidad crítica y comprensiva, que no repetitiva, para seguir el hilo de las clases.

                Y continúa de la siguiente manera: “Wert trata de devolverle el rigor y la exigencia a la enseñanza […]. Acierta al pretender la excelencia y diversificar los caminos posibles en función de las capacidades y gustos de los alumnos.  Siempre será mejor, más provechoso para ellos y sus familias, que se les “expulse” por su falta de rendimiento que sea la vida, ya en la edad adulta, quien les arrumbe con fracasos laborales y vitales sucesivos”.

                También podemos pegarles una patada en el culo y enviarles directamente a Somalia, así nos quitaríamos un problema de encima.  Creo que jamás he leído tamaña barbaridad (y mira que es fácil encontrarlas) en la prensa.  Sobran más comentarios.

 

domingo, 16 de septiembre de 2012

EL MONOLINGÜISMO DE INMERSIÓN LINGÜÍSTICA Y EL BILINGÜISMO REAL


Corren tiempos extraños en la educación, avanzamos hacia unja nueva legislación y sabemos sin saber si esta vez modelo legal y realidad van a empezar a entenderse.  Por ahora, seguimos inmersos en la lucha por defender los valores y los conocimientos básicos ante todo lo que nos acecha, tanto más de la propia dinámica interna (obsesiva influencia del inglés en nuestras aulas, falso desarrollo tecnológico con programas desajustados a la realidad del aula y de los grupos de clase, recortes, desorden administrativo, caos, desmotivación, etc.), como de los elementos externos incontrolables (el aprendizaje no formal que adquieren los alumnos a través de los diferentes medios tecnológicos y de los chascarrillos callejeros).  Vamos a centrarnos de forma concreta en esa supuesta necesidad del dominio del inglés.

            Las sociedades pueden considerarse bilingües conforme a la capacidad que tengan para relacionarse en dos lenguas diferentes los hablantes que la componen.  De este modo, la sociedad catalana es bilingüe porque su población entiende, habla, lee y escribe tanto el catalán como el castellano, a la sazón las dos lenguas cooficiales con que cuenta el territorio.  De la misma manera, podemos considerar a las sociedades nórdicas como bilingües, si no plenamente, sí de hecho en relación con la mayoría de sus habitantes, que son capaces de realizar las cuatro operaciones antes mencionadas en su lengua materna y en inglés.  La diferencia con respecto al caso catalán es que estos Estados no reconocen oficialmente el inglés como lengua oficial y, por tanto, su uso no se exige al conjunto de su población.

            La sociedad española, por mucho que les pese a algunos, pero igual que la inglesa y la francesa, es monolingüe.  Y el motivo es el mismo: se trata de países con una gran entidad imperialista en un pasado que les llevó a difundir enormemente su lengua, de forma que su potencia internacional es suficiente como para no depender de lenguas extranjeras.  El problema español es que, a la larga, las lenguas se imponen conforme a la fortaleza en las relaciones políticas internacionales de los Estados que las hablan.  Estados Unidos, Reino Unido y Francia ocupan un lugar preeminente en la escena internacional, lo que lleva al desarrollo de su lengua en los foros internacionales.  El castellano no se utiliza en esos encuentros y tampoco en las empresas multinacionales más importantes, de modo que no es una lengua puntera en el mundo del trabajo, pero recordemos que es el idioma hablado oficialmente en más países y con hablantes (debido a la inmigración) en los lugares más insospechados del planeta.  Entonces, ¿hemos de renunciar a nuestra lengua y tender hacia un bilingüismo forzado solamente porque el castellano no es competitivo en las relaciones laborales con carácter universal?

            Me parece un pobre argumento.  La tendencia al bilingüismo es buena alternativa para cualquier individuo puesto que le abre puertas y le permite comunicarse con más gente en diversos puntos del planeta.  Habida cuenta de la enorme extensión de la lengua inglesa, esa capacidad se multiplica.  Sin embargo, un individuo no es más ni menos por dominar dos lenguas y, por supuesto, tiene un problema si el afán por alcanzar ese bilingüismo forzoso le lleva a contraer retrasos en su lengua materna.  Estas deficiencias pueden presentarse de dos maneras:
<!--[if !supportLists]-->·        <!--[endif]-->En los niños, que tardan mucho más en aprender a hablar, en mejorar su vocabulario y en asimilar estructuras sintácticas.  El lenguaje es un elemento consustancial al ser humano, el primero en cohesionar a los grupos allá por el Paleolítico Superior.  Este retraso en la maduración del lenguaje puede conllevar en el niño otros retrasos de tipo cognitivo, intelectual y motriz, que le costará años conseguir reeducar.  El bilingüismo natural, aquel que existe diariamente en la calle no ejercerá un retraso tan acusado porque ambos lenguajes se asimilan sin dificultad.  En cambio, el bilingüismo forzoso actúa de manera antinatural sobre el aprendizaje.
<!--[if !supportLists]-->·        <!--[endif]-->A lo largo de la vida son comunes las confusiones sintácticas y gramaticales de todo tipo en las personas que manejan más de una lengua.  Cuando esas lenguas van a ser utilizadas diariamente, bienvenidas sean esas desviaciones, pero cuando tratamos de forzar la situación, lo más probable es que el individuo ni sea plenamente bilingüe ni sea capaz de manejar con acierto su lengua materna.

            Se tratará la cuestión de las lenguas más adelante, pero por ahora planteo una conclusión: las lenguas forman parte de la cultura de un territorio, y como tal debemos dejar que fluyan libremente, sin imposiciones.



miércoles, 23 de mayo de 2012

Sacúdete


Un día el burro de un campesino cayó en un pozo. Su dueño, desesperado, trató durante horas de sacarlo, mientras el pobre burro no paraba de rebuznar con angustia.
Al final, y después de mucho cavilar, el campesino decidió que, realmente, no valía la pena salvar al animal porque, además de que era muy viejo, el pozo ya se había secado y lo mejor era taparlo.
Pidió a todos los vecinos del pueblo que le ayudaran a realizar esa tarea. Así, cada uno de ellos tomó una pala y comenzó a arrojar tierra al pozo para cubrirlo. Enseguida, el burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y comenzó con sus rebuznos de nuevo, presa del pánico.
Al poco tiempo, y para sorpresa de todos, el burro se tranquilizó y dejó de rebuznar. Después de echar unas cuantas paladas de tierra, el campesino miró al fondo del pozo y quedó sorprendido de  lo que vio.
Con cada montón de tierra que recibía, el burro estaba haciendo algo increíble: se la sacudía y se montaba encima de ella, dando un paso hacia adelante, consiguiendo de esta manera elevarse.
Al cabo de un buen rato, todo el mundo comprobó sorprendido cómo el burro había sido capaz de llegar hasta la boca del pozo, saltar por encima del borde y salir trotando libre.
 En muchas ocasiones, las circunstancias que nos toca vivir pueden ser como paladas de tierra que quieren hundirnos. Recuerda: depende de ti que cada uno de los obstáculos suponga un escalón hacia la cima.

jueves, 19 de abril de 2012

MICHEL BARLOW (maestro francés), en su obra Diario de un profesor novato:    “En materia de enseñanza, igual que en otros campos, sólo se triunfa cuando se es capaz de colocarse en el lugar de aquellos a los que uno se dirige”.

La educación NO se mide por los resultados

                Recibo en el buzón de mi casa la información promocional de uno de los más prestigiosos colegios privados de Madrid y en ella se cuenta que “una enseñanza de calidad se mide por los resultados”.
                Viene el inspector al instituto con la misión de entrevistarse con los profesores que dieron clase el curso pasado y los que lo hacen este año en 2º de Bachillerato para que le expliquen los motivos de la desviación de los resultados obtenidos en su materia en relación con la Prueba de Acceso a la Universidad.
                Leo en prensa que en Estados Unidos se va a instaurar un ránking para valorar a sus profesores en función de los resultados académicos.
                Resulta preocupante este desproporcionado afán por obtener resultados académicos sin entrar a valorar ninguna otra variable dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje.  Es obvio que un profesor no puede alcanzar los mejores resultados si sus alumnos proceden de entornos conflictivos o de difícil convivencia, aunque sí es todo un mérito obtener de ellos un estímulo hacia el aprendizaje, una valoración por el conocimiento y un respeto por el entorno natural y cultural.  Un alumno obtiene un beneficio educativo mayor cuando se ven reforzadas sus potencialidades que cuando se le exige competir por unos resultados.
                Continúa el citado panfleto explicando que su modelo de enseñanza tiene como continuidad natural el acceso a cierta universidad privada, también bastante conocida, donde “los estudiantes reciben la mejor formación teórica y práctica para convertirse en los profesionales que de verdad demanda nuestra sociedad”.  Es fácil confundir a los padres con un mensaje demagógico, tanto que se les puede convencer de que los catedráticos de las universidades públicas, en las que se encuentran los mejores investigadores de este país, no son capaces de ofrecer un modelo de enseñanza adaptado a las necesidades de un modelo educativo tendente a la formación que ellos ofrecen y que, en ningún caso es la que demanda nuestra sociedad, sino la que demanda su concepto de sociedad, en el que prima la iniciativa empresarial y se defenestra al funcionario, en el que se sobrevalora el esfuerzo y se muestran con evidencia las carencias en ámbitos como el conocimiento, la inteligencia social, la sensibilidad o la autonomía, y enmarcado dentro de ese modelo del Darwinismo social que tanto satisfizo a los líderes totalitarios de buena parte de nuestro malogrado siglo XX.
                La sociedad actual demanda gente capaz de desenvolverse en situaciones cambiantes, con capacidad para pensar por sí mismos, con iniciativa e inteligencia creativa (no solo para montar grandes empresas y ganar mucho dinero, sino para estimular el desarrollo social).  Esta sociedad del siglo XXI necesita devolver los logros del Estado del Bienestar a todos sus ciudadanos y no crear autómatas cegados por el éxito propio.
                Los docentes hemos de conseguir la suficiente credibilidad como para que, tanto alumnos, padres, como la sociedad en su conjunto crean en los beneficios de una enseñanza exigente en la competencia de crear ciudadanos libres y de generar los valores que en realidad demanda nuestra sociedad, que no son los que ya han fracasado sino los que deseamos por el bien común.

miércoles, 18 de abril de 2012

El Instituto Escuela en TVE (16/01/2011)

  Muestro este enlace para ver el documental que TVE ofreció sobre las excelencias educativas desarrolladas en el Instituto Escuela.  Este centro estuvo fuertemente vinculado con la Residencia de Estudiantes y siguió los planes de estudios desarrollados por la Institución Libre de Enseñanza a primeros del siglo XX.

http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-documental/documental-escuela-olvidada/989251/

miércoles, 21 de marzo de 2012

Tres vías: 2. los apuntes.

 Al tratar la primera vía metodológica se hizo referencia al problema que genera la excesiva dependencia hacia los libros de texto.  La valoración de una segunda vía nos lleva a una disyuntiva entre algunos elementos bastante provechosos, como se verá, y otros más tendentes al estancamiento en el proceso de competencia individual de los muchachos.  Se trata del método de trabajo con apuntes: veamos sus particularidades, ventajas e inconvenientes.

LAS CARACTERÍSTICAS DEL MÉTODO.


  Esta metodología se caracteriza por la entrega al alumnado de un material elaborado por el profesor.  Se puede presentar de dos maneras: como apuntes dictados en clase o mediante la entrega de los apuntes, preparados previamente por el profesor.  No deja de ser un modelo tradicional aunque con características diferentes a las del uso del libro de texto, especialmente porque implica mucho más, tanto al profesor como a los alumnos.

VENTAJAS.

  Respecto al modelo de apuntes dictados:
- El alumno copia la información al menos una vez en su cuaderno, lo que nos asegura que algún poso se quede.
- Obliga al alumno a estar atento en clase y en silencio.
- Permite un mejor mantenimiento del orden.
- Hace del cuaderno propio el elemento primero e indispensable en el estudio.  Se trata pues de conseguir que el alumno elabore su propio material de estudio.

  Respecto al modelo de entrega de apuntes:
- La información ha quedado sintetizada mediante el trabajo previo del profesor.
- El alumno sabe qué es lo que se le exige que sepa.
- No hay lugar a dudas con respecto a los contenidos y permite un trabajo organizado desde el inicio del tema porque el alumno ya dispone de sus apuntes y puede estudiar libremente.

INCONVENIENTES.


  Respecto al modelo de apuntes dictados:
- El alumno pierde competencia propia porque el profesor le ofrece todo cuanto debe saber.
- Resta dinamismo a la clase.
- Obliga a un excesivo trabajo, muy mecanizado y poco estimulante.
- Se avanza con bastante lentitud.
- Genera poca posibilidad de introducir elementos externos al texto porque la clase se limita prácticamente al dictado de apuntes.


  Respecto al modelo de entrega de apuntes:
- El alumno pierde competencia propia porque el profesor le ofrece todo cuanto debe saber.
- Resta control y eficacia a la clase puesto que el alumno sabe cuáles son los contenidos por los que va a ser evaluado y deja de atender (ya se lo estudiará en casa).

ALTERNATIVAS.

  Lo más interesante es no utilizar el método de apuntes, ya sean dictados o entregados, como única metodología, sino introducir el libro de texto y otros materiales para que el alumno comprenda la importancia que esos otros aspectos también tienen en el desarrollo del tema.

  Para evitar la falta de orden que puede generar el método de entrega de apuntes y el tedio del dictado, se puede ofrecer una solución intermedia, en la que el profesor genera unos apuntes con espacios para rellenar en clase.  Estos huecos se pueden completar mediante las explicaciones del profesor o mediante un trabajo más autónomo, como puede ser la búsqueda de la respuesta en el libro de texto u otro material alternativo.

martes, 13 de marzo de 2012

Mara Torres y los profesores

Incluyo esta entrada de la periodista Mara Torres, presentadora de La 2 Noticias.  Lo escribió el 9 de septiembre, coincidiendo con el convulso inicio de curso en el blog de su programa, y habla con cariño sobre sus profesores

 

La "seño"

Porque en mi cole, al principio, no había profesores, había seños. Seños que te abrochaban bien el babi y escribían las vocales con tizas de colores en la pizarra. Seños con las que hacías el regalo de día del padre con macarrones crudos que pegabas en un dibujo de papel.  Seños que te enseñaban que de una judía, dentro de un yogur y tapada con algodones mojados, nacía una planta.
Después de las seños, llegaron las profesoras a las que llamabas por su nombre de pila. La mía de 5º de EGB era Ana. Tenía el pelo corto y nos hablaba como adultos. En las clases de tutoría debatíamos sobre los anuncios de publicidad, sobre lo que pensábamos sobre el reparto de tareas en casa y la temática de algunos programas que veíamos en la tele. Del cine que no era de dibujos y de los libros. A veces llevábamos un periódico, recortábamos los titulares y con el corta-pega nos inventábamos noticias nuevas.
Cuando pasé al instituto, por primera vez compartí pupitres con compañeros  y por primera vez  tuve, además de profesoras, profesores. Aprendí que la disciplina te la ponías tú; que el mundo se dividía en ciencias y letras; y que además de deberes, también teníamos derechos.
Desde los 4 años, en cada una de las etapas de mi vida ha habido profesores que además de lengua, matemáticas, ciencias, filosofía, física y química, arte, historia,  literatura y latín también me enseñaron a vivir.
Quizá un día me encuentre con alguno de ellos por la calle y pueda darle las gracias.

domingo, 11 de marzo de 2012

La lengua de las mariposas

José Luis Cuerda refleja el sentir del buen educador en una España necesitada de valores formativos en su magnífica La lengua de las mariposas.  Y Fernando Fernán Gómez lo interpreta a la perfección.


viernes, 9 de marzo de 2012

El profesor como referencia: 1. Actuar en positivo

Si lo intentamos nos daremos cuenta: sí, somos referencia para los alumnos:

  El profesor de enseñanza secundaria no debe ser un mero transmisor de conocimientos.  En los tiempos que corren (y también en otros anteriores, aunque quizás las particularidades del mundo actual lo muestran con mayor urgencia) el profesor necesita hacerse un hueco en un lugar más amplio.  Los estudiantes están bastante necesitados de referencias porque las que creen haber encontrado no son verdaderamente útiles en su vida.  Les resulta difícil encontrar caminos y piensan que todo lo que ven a su alrededor y que su percepción al respecto son las únicas realidades existentes.  Sin embargo, parte de la magia de nuestra profesión consiste en mostrar esas vías que no conocen, no tanto porque no las hayan transitado como porque desconocen su existencia.  Nosotros tenemos más conocimientos pero también más experiencias y una amplitud de perspectivas que podemos ofrecer.  Sin duda, ellos lo agradecerán.

Actuar en positivo

  ¿Alguna vez nos paramos a pensar en los mensajes que emitimos?  ¿Cuántos de ellos son valorados positivamente por los alumnos? ¿Cuántas veces utilizamos fórmulas del tipo: "cállate", "siéntate", "quieto", "no molestes", "no tires cosas", "respeta a tus compañeros", "haz lo que te digo", "si sigues así...", "negativo", "un cero", etc.?
  En realidad este problema no es solo propio del profesorado sino una generalidad en nuestra sociedad: se piensa antes en negativo que en positivo, en la crítica que en la construcción.  Es obvio que a los chicos hay que mostrarles que ciertas conductas son incorrectas y ser sincero con ellos: cuando las cosas van mal deben saberlo, pero no para abroncarlos sin más sino para esperar una modificación en la conducta.  Ahora bien, el exceso de refuerzos negativos acaban por perder valor, el receptor se acostumbra a escuchar este tipo de fórmulas y su cabeza deja de procesarlas.
  La actuación en positivo tiende a ser sorprendente, motivo suficiente para conseguir una captación de la atención.  Por otra parte generan un bienestar en el receptor que le hará mostrarse más sereno y también más predispuesto para el trabajo.  Si el mensaje está bien dirigido seguramente genere una sonrisa.  Este hecho en sí mismo produce un grado de satisfacción que permite al alumno continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje con mucha más facilidad, pero además refuerza su autoestima.  Y también la nuestra porque estamos necesitados de estímulos y mensajes positivos.  Para mí una sonrisa de un alumno o su bienestar sereno en una clase es un enorme estímulo positivo que permite seguir creciendo en el proceso y creyendo en lo que hacemos.
  El mensaje positivo puede surgir en cualquier momento.  A veces conviene reflexionar en medio de un momento de crisis en la clase y tratar de modificar, aunque solo sea de forma fugaz para que el alumno valore correctamente lo que queremos decir.  Así pues, ante la crítica, la "táctica del sándwich" es siempre útil, es decir entre dos mensajes negativos se establece uno positivo.  Así, podemos primero reprimir, después hacer ver que ciertos valores suyos merecen la pena y cerrar mostrando de nuevo su actitud negativa para tratar de reconducirla.
  Hay otros momentos: en mitad de una clase, al principio, al final, durante un examen, etc.  Podemos usar la pizarra para mostrar un mensaje de ánimo durante un examen, escribir una cita en la parte superior de la pizarra o un pequeño mensaje en un borde (al estilo de Forges).  Podemos entrar con alegría y saludar de forma afectiva o despedirnos con un "hasta mañana, sed felices".
  La capacidad de alcance de los mensajes es mayor por el canal y la emotividad utilizados que por el mensaje en sí mismo.  

miércoles, 7 de marzo de 2012

Ciudadanos de presente, no de futuro

El 23 de octubre de 2005, Ángel Hernández Martín, Licenciado en psicología, escribía así en el Diario El País:

"La familia es un ámbito privado donde los padres y las madres tenemos la responsabilidad, el derecho y el deber de educar a nuestros hijos.  Debemos desterrar definitivamente la idea de que los hijos son propiedad de sus padres.  La sociedad en su conjunto debe responsabilizarse de asegurar las condiciones adecuadas para el desarrollo integral de los más pequeños aquí y ahora, pues éstos no son ciudadanos de futuro, sino de presente. Viven, piensan, sienten, son y están hoy, no son una inversión de futuro.
  La utilización del castigo físico está relacionado con la falta de recursos educativos de los padres / tutores, con la banalización e interiorización de la violencia, con la frustración de los adultos ante situaciones para las que no se han preparado suficientemente.  Los padres no podemos ni debemos delegar nuestra responsabilidad, elegida en la mayoría de los casos, de educar a unos hijos que hemos decidido traer al mundo, y no podemos abusar de nuestra posición de poder.  Si nos preparamos para ejercer nuestras responsabilidades profesionales, ¿Por qué damos tan poca importancia a una función vital como es el ejercicio de una paternidad responsable?".

  El texto circula en torno a la idea de la erradicación de la violencia en cualquier función educativa, desde la escuela hasta la propia casa.  Pero, más allá de esa apreciación, habría que detenerse en la cuestión que cierra el texto.  Creo que una educación responsable se lleva adelante mediante un método suave: a más serenidad y prudencia, mayor calma se transmite y se proyecta hacia los muchachos.  El problema es que muchos creen que la educación sirve para alzar al educando hacia una salida profesional, cuando dicho elemento es solo uno de los muchos objetivos que nos planteamos los educadores.  Antes que generar profesionales, estamos para ofrecer ciudadanos adaptados al mundo en el que viven y suficientemente respetuosos con su entorno, con sus congéneres y consigo mismos.
  Solo así, tendremos profesionales, no solo aptos, sino también responsables; conductores que no solo conducen sino que también circulan; seres humanos que no solo se mueven en busca de su interés y de su placer sino preocupados por la convivencia; y padres que no solo traen hijos al mundo sino que edifican unos criterios de vida a sus vástagos.

lunes, 27 de febrero de 2012

 JEAN JACQUES ROUSSEAU (escritor ilustrado francés), en Emilio:
 “La instrucción de los niños es un oficio en el que hay que saber perder tiempo para ganarlo”.

EL HOMBRE QUE LANZABA ESTRELLAS DE MAR

Merece la pena hacer un esfuerzo por todos u cada uno de nuestros chicos.  Este pequeño cuento es una muestra de lo importante que podemos llegar a ser para alguno de ellos (y quizás no seamos lo suficientemente conscientes). Éste es el camino:


          En cierta ocasión, un científico se trasladó a una casa que tenía en la playa con el fin de poder concentrarse y finalizar unos trabajos.  Al caer la tarde se dispuso a dar un paseo, y mientras caminaba por la playa vio a lo lejos a un hombre bailando; sonrió, al pensar que alguien en aquel lugar y a esas horas podía estar bailando y caminó hacia él.  Al acercarse más observó que hombre no bailaba, sino que recogía algo del suelo y lo lanzaba al agua.

         Cuando hubo llegado a su altura, le saludó y le dijo:
-         ¿Qué es lo que estás haciendo?
El hombre le sonrió y le contestó:
-         Lanzo estrellas de mar al océano.
-         ¿Por qué? – le preguntó el científico.
-            Está bajando la marea y al quedarse varadas en la arena pueden morir.
-            Pero si hay decenas de kilómetros de playa y miles de estrellas de mar, ¿cree que su esfuerzo servirá para algo?
El hombre le escuchó educadamente, y cuando hubo acabado se agachó, recogió otra estrella y la lanzó al mar.
-         Para ésa, mi esfuerzo sí tuvo sentido – contestó.

domingo, 26 de febrero de 2012

SAN AGUSTÍN (obispo y filósofo, 354 - 439):
“Obedeced más a los que enseñan que a los que mandan”.
He incluido un enlace a uno de los blogs de El País.  Es de Ángel Gabilondo y se titula El salto del ángel.  Como ministro su actuación quizás no pasó de discreta pero todo cuanto aparece en este blog es verdaderamente delicioso.

martes, 21 de febrero de 2012

Tres vías: 1. el libro de texto

  Los profesores tenemos un problema importante: somos dependientes de los libros de texto.  En primer lugar porque la mayor parte de las programaciones didácticas se elaboran a partir del temario de la editorial que nos ha proporcionado el libro de texto.  En segundo lugar porque no somos capaces de ir a clase sin él.  Contenidos y actividades se vinculan al libro.
  Este metodología de clase impide un desarrollo profesional, nos estanca pedagógicamente y los alumnos alcanzan un aprendizaje poco edificante puesto que solo se han de limitar a repetir lo que aparece en el famoso libro.  Si queremos alumnos capaces de alcanzar buenas capacidades procedimentales y aptos para un bachillerato y unos estudios superiores debemos renunciar a este método tradicional.  Es común incluso decir a los chicos lo que deben subrayar en el libro, motivando con ello un mayor grado de aletargamiento porque ni siquiera son capaces así de reflexionar y priorizar los contenidos que deben trabajar.
  Entonces, ¿por qué sigue estando tan extendida esta metodología?  Sencillamente porque obliga menos, el profesor apenas se desgasta y el alumno tampoco.  Se produce una mimetización entre lo que cuenta el libro y el aprendizaje subyacente pese a que ni el alumno pueda establecer un criterio ni el profesor se replantee la cuestión acerca de la importancia de la interpretación en la exposición.  El profesor debe argumentar, no solo ofrecer contenidos, y el alumno valorar lo que se le presenta y acceder a una comprensión propia y elaborada de la información.  Esta metodología es cómoda también porque las editoriales ya se preocupan por hacernos una programación de contenidos, objetivos, criterios de evaluación y atención a la diversidad, de modo que dejan resuelto el fastidioso trabajo de agradar al inspector de turno con una programación completa.
  Recuerdo un capítulo de Los Simpsons en que Lisa esconde los libros del profesor de todos los maestros, generando un caos entre el profesorado.  Creo que ha llegado el momento de que eso no le pueda pasar a ningún docente actual.  Hemos de enfrentarnos al reto de utilizar los libros de texto como material útil en el aula, pero nunca como elemento básico sino complementario.